enero 17, 2012

Bye Bye Blackbird

Hace unos cinco minutos giré para ver si había quedado algo
y hace cinco minutos no había nada
porque nada había quedado
Pero hace cinco minutos cuando me volteé y no quedaba nada
y ya me iba sin nada más que decir,
te vi ahí.

No cinco minutos hacia atrás,
quizás cinco minutos hacia adelante.
Hace cinco minutos me conté que este verano sabe a invierno 
y en esos cinco minutos el viento caprichoso
me confirmó que nunca el verano, por tantos colores que pintara, 
podría adornar una noche gris.

No me miró, porque hace tiempo no lo hace
pero gastó cinco minutos de su reloj
y ahí me echó una mirada, de ésas que no son dirigidas, pero caen en los ojos.

Aunque no me viera, porque ya no me ve,
hace cinco minutos lo vi,
iba de pasada,
y como simplemente pasaba, no me vio hace cinco minutos.

Porque hace ya mucho más de cinco minutos que sus ojos perdieron las ganas de verme.

Pero yo que soy terca,
pido otros cinco minutos para que se quede,
para que no siga,
para que quizás crea que puede verme, cinco minutos.

Al verano le quedan cinco minutos antes de transformarse en otro otoño que nadie ve,
Pero a mi ya no me quedan otros cinco minutos para verte en lo que solías verme.

Hace cinco minutos miré hacia atrás y no te vi
Y cinco minutos adelante tú no me viste.

Sólo cinco minutos…
y ya nuestras vidas nos pide cinco más,
Porque ya nunca jamás volverán cinco minutos juntos.