Creo que siempre es bueno hablar de poesía,
incluso ahora que dicen es tiempo de estudiar, que debería estar estudiando.
Supongo que cuando menos lo pienso más vida encuentro en el trabajo aquel de escribir.
A regañadientes me hago el tiempo que no poseo.
Debería escribir más, garabatear más adjetivos, conjugar más verbos.
Con los números mi lenguaje se estrecha, lo siento hacerse cada vez más pobre y limitado.
No recuerdo la última vez que aprendí una palabra nueva.
Escribo, leo y hablo todo el día.
Pero no escribo realmente, no leo como debería leer ni hablo como pienso que debería hablar.
Aprendo de otros pero me quedo siempre con un vacío, queriendo convertirme en lo siento que debo ser.
Abro y manoseo hojas empastadas.
Olvido ordenarme, manosear mi existencia.
Con suerte me encuentro a gusto entre historias escritas.
Pero a veces se me adormece el órgano literario, la poesía huye atemorizada de un miedo absurdo.
Quizás tiene miedo de entrar a mi álbum. Creo que hace bien.
Que corra rápido nomás.
Yo me quedo aquí intentado ser ésa que en sueños veo,
intentando hacerme un poco más carne, un poco más open mind
y un poco más la mujer que sueño ser.
Ay poesía, si huyes, no olvides dejar migajas de verbos en el camino.
No me quites mi derecho legítimo y déjame un día incierto llegar a ti
y ser ésa que te ame por los siglos de los siglos, amén.
octubre 13, 2015
marzo 08, 2015
Perks
La vida es un circo de historias de amor.
Y mirar hacia atras en la vida es recolectar todas esas palabras que hemos entregado y recibido.
Intenté catalogarlas desde mis recuerdos, hacer un inventario de ellas
pero todas las palabras son muchas y a la vez ningunas.
Sin mucha sorpresa (quizas porque siempre lo supe) descubri que seguian vivas
que sin importar cuanto tiempo llevaban encarceladas, no estaban del todo olvidadas.
Recordé lo hermosas que eran y lo desgarradoras que llegaban a ser,
casi como el grito de un primer sexo.
Encontré las que parecieron ser eternas y las que fueron como mariposas.
Habia para todas las estaciones y para cada momento y lugar.
Encontré las de mi juventud más joven, coquetas frescas y tan despreocupadas.
Por otro lado estaban las que se pasean entre odio y amor, entre desconsuelo y esperanza
a las doble sentido y hechiceras.
A la defensiva vi a las guerreras,
que al mismo tiempo han sido las más heridas, las que he abandonado más tiempo.
Tantas palabras como vida.
Me hicieron pensar que quizás he amado mejor con las palabras,
que tal vez, solo tal vez, he amado siempre en ellas.
Pero obviamente , ellas no me han amado a mi.
Palabras para conquistar. Para olvidar. Para comer y para envenenar.
Palabras para cruzarnos con otras palabras y palabras para inventar más.
Como sea. Hoy he regresado a ellas con esperanza de que un dia no muy lejano ellas decidan volver a mi tambien.
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