diciembre 23, 2011
Enigma de lo correcto
Dónde está mi moral me pregunté.
Me abro de piernas para que el deseo lo haga también.
Y sin miedo a caerme
me dejé arrastrar por esa boca que me tienta.
Desvisto mis hombros dejando los lunares jugar
y me siento a esperar.
Quizás llegue más tarde,
quizás no conozca el camino.
No me importa, no demasiado.
Dejo caer la melena de rizos
sobre mis hombros recién descubiertos
Espero por la mano que me tome de los cabellos.
La presión exacta, una mezcla de violencia
el tacto del amante taciturno
Cruzo las piernas lubricadas,
tengo tiempo.
Imagino tus pecas que me miran,
tienes mi tiempo.
Me voy a quedar a esperar tu boca,
tus ganas.
Pero por sobre todo,
me voy a quedar a esperar por el deseo
que trabaje en mí.
Por ese otro que logre despertar mi tentación y mis ansias.
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Creo que no siempre es positivo esperar, querida; hay ciertas cosas que hay que perseguir, que hay que acercarse a su encuentro, como un viajero que debe hacer un esfuerzo en llegar a la estación para poder tomar su tren. Más necesario si se trata de personas: esa persona que estoy esperando podría estar haciendo lo mismo por su lado, por lo que el encuentro no se produciría nunca... grave si ese o esa a quien se espera nos trató de buscar, porque ahora es ese/esa otro/a que no nos quiere buscar. Y si lo que se está esperando es un "cambio interno"... pues nada, esos son por decisiones que cada uno toma.
ResponderEliminarMis respetos por tu escrito, bello como siempre.
Saludos! (mucho tiempo sin escribir por acá... que nervios...)
cuanto erotismo! y cuanto de combate contra vos misma seguramente, pero por suerte escribír sigue siendo un combate contra los fantasmas de nuestra imaginación y nuestra realidad,muy bueno como siempre lo tuyo, saludos y feliz navidad!
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