noviembre 25, 2011
Cry. Find. Feel. Be.
- ¿Para qué me llamaste?- me preguntó al verme tirada entre sábanas que no alcanzaban a cubrirme
- Quiero encontrarme- le respondí con la respiración entrecortada
- Hace tiempo que no me visitabas, mucho menos me llamabas; la última vez te fuiste diciendo no sé que cosa, que no me necesitabas, que te enfermaba, que no ibas a volver.-
- Eso fue hace ya mucho. Los tiempos cambiaron-
- Así veo-
- Estoy cansada. He recorrido otros caminos -
- Fuiste tú la del olvido.-
- Ya lo sé. En ese momento realmente creí no volvería a necesitarte. He luchado mucho tiempo en contra de este impulso desgastado. Pero ya no pude. Ella me ha ganado-
- ¿Realmente creíste podrías escaparte, cambiar?-
- Sí...-
-¡Pero niña! Ésta eres tú, estaba en ti, no puedes luchar en contra de tu naturaleza-
- Ahora lo sé.-
- Ya sé que te duele. Niña, tu esencia duele pero no le huyas más, no me obligues a desarmar tu pobre armado de mentiras y dejarte sola.-
- Quería... quería... quería ser distinta, acostumbrarme a este mundo. -
- Para qué niña mía? por qué querías ser otra?-
- Porque pensaba que podía reír con lo que se ríe. Por un tiempo me sentí como el resto, y me gustaba. Nadie me miraba extraño, nadie conoció mis gritos ni mis angutias. Era como cualquier otra-
- Pero corazón, entiende que eres imperfecta así, imperfectos todos. Aún cuando ella no te deja.-
- Necesito llorar, necesito que me deje. Necesito sentirme. -
- Llora-
- No puedo, ya no sé cómo se hace. Ni siquiera puedo llorar. ¡qué clase de humana soy!-
- ¡Basta ya! Ya estoy aquí. Párate, mirate al espejo, aprende a llorar, aprende a sufrir, aprende a ser tú.-
- No me gustan los espejos, me veo cansada, vieja, como si cargara años de más-
- Y justamente por eso, anda y mirate una y otra vez. No regreses hasta que llenes tus ojos de ti.-
- ¡Me haces mal! Me haces daño! Tú y ella me ahogan! Te odio! No me ayudas! Haz que se vaya! - apenas podía respirar ya, la ira me consumía, mis cabellos se enredaban en mi cara cuando una lágrima se asomó.
Silencio.
Y de pronto, una tormenta de agua salada. Estaba llorando.
- ¡Estoy llorando!-
- Así veo, niña. Llora, que tienes mucho por lo cual llorar. Ha sido un mal tiempo desde que abandonaste este cuarto oscuro, han sido demasiadas máscaras. Las heridas están saladas, y solo tú puedes hacer que se vaya. Llora que tu dolor duele. Llora, que así eres tú. Yo te dejo aquí es tu llanto, tú lo tienes todo encima. Llámame cuando escapes de tus versiones. Voy a estar junto al fuego, pidiéndole que te deje, entreteniéndola un poco.-
Seguí llorando. Llorando para no llorar más.
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combatiendo los demonios personales eh Sara? jaja,realmente muy profundo,si fueras agua serías un oceano y no una laguna,gran ventaja esa de poder dejar el alma en letras por un rato,saludos
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